Luanda (Angola), 2Abr. 09 (AICA)
El padre Filiberto Rodríguez, superior de la visitaduría salesiana de Angola, narró a la Agencia de Noticias Salesiana (ANS) ángulos desconocidos de la exitosa visita de Benedicto XVI a África, y efectuó críticas a algunos medios de comunicación.
"Mi opinión es que la visita del Papa satisfizo con creces las expectativas. El pueblo gozó, con infinito sacrificio (kilómetros y kilómetros andando a pie, no hay autobuses, ni subtes, ni otros medios de locomoción) se desplazó de un sitio a otro y acompañó con entusiasmo al Papa", dice el misionero.
"La Iglesia –agregó– hará una evaluación seria de la preparación, realización y resultados, tomará nota de las líneas fundamentales en las que se ha de insistir: La Iglesia es sacramento universal de salvación, porque ofrece a la humanidad la persona de Cristo Jesús. El Papa fue un misionero del Evangelio y no quiso ser más. Este ha de ser un primer punto para meditar dentro de casa".
El padre Rodríguez revela que se criticó, en los medios, "la ausencia del Presidente en alguno de los multitudinarios actos. Se habló de mirar más y de atender mejor, las necesidades profundas del pueblo pobre. Al final las cosas salen bien; porque el pueblo es bueno y sufridor. Los que estaban dentro consideraron caótica la organización en algunos momentos".
Sin embargo, señala, "para algunos de nosotros gran parte de la prensa internacional sería mejor que no viniera. Buscan carnaza y sensacionalismo. Buscan vender su periódico y no les interesa ni el pueblo (al que manipulan y consideran objeto de museo o feria), ni las finalidades del viaje del Papa".
"Son muchos los periodistas –revela el superior salesiano– que te decían: ‘queremos narrar la otra visita’. Señores periodistas: los encuentros del Papa con el Pueblo, esa era la visita. Las otras realidades que las vengan a ver y a denunciar durante el año, que bastante olvidados nos tienen en muchas ocasiones".
"Hoy, ningún gobierno, ninguna organización estuvo nunca, a lo largo de la historia, tan cerca de los pobres y de los que sufren como estuvo y está la Iglesia y sus instituciones".
Al concluir su reflexión, el padre Rodríguez cuestiona algunas de las críticas que desde diversos puntos, sobre todo desde España y Europa, fueron hechas a alguna de las intervenciones del Pontífice. "No son las políticas españolas de la incitación y del descontrol sexual las que van a arreglar el mundo: ¿Cómo van los embarazos de las adolescentes en España? ¿Es abortando como se liberan las conciencias de las jóvenes españolas? ¿Es mandando un contenedor de preservativos como se educa y se controla el SIDA en África?"
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