martes, 28 de julio de 2009

Caritas in veritate afronta raíz misma de la crisis, dice Cardenal Bertone

ROMA, 28 Jul. 09 / 07:21 am (ACI)

El Secretario de Estado Vaticano, Cardenal Tarcisio Bertone, destacó que la nueva encíclica social del Papa Benedicto XVI, Caritas in veritate, busca enfrentar la “causa de las causas de la crisis” y propone soluciones para ir a la “raíz de estos males” para así “cambiar la percepción cultural que sostiene al sistema económico”.

Según informa la agencia italiana SIR, el Purpurado hizo esta afirmación al presentar la encíclica ante el senado italiano, en donde también explicó que este documento cuestiona el rol del “Estado interventista” pero no deja de señalar la importancia del “Estado regulador” así como también pide a las autoridades públicas “consentir el nacimiento de un mercado financiero pluralista, un mercado en el que puedan operar en condiciones de paridad objetiva sujetos diversos en cuanto concierne al fin específico de su actividad”.

Seguidamente el Cardenal precisó que en esto radica la importancia de la Caritas in veritate, en donde el Santo Padre sostiene que “hacer empresa es posible incluso cuando se persiguen fines de utilidad social y se promueve la acción con motivaciones de tipo pro-social”.

Para el Secretario de Estado la concepción del Papa sobre el mercado “se podría definir como una buena alternativa” que supera a las concepciones que ven al “mercado como lugar de imposición del fuerte sobre el débil; o respecto a la que está en línea con el pensamiento anarco-liberal, que lo ve como el lugar en donde se puede solucionar todos los problemas de la sociedad”.

La perspectiva que ha de instaurarse, dijo el Cardenal Bertone ante los senadores italianos, es la de un “humanismo en más dimensiones, en el cual el mercado no es combatido o ‘controlado’, sino que es visto como momento importante de la esfera pública –esfera que es más vasta que la estatal– que debe ser vivido como lugar abierto a los principios de reciprocidad del don, para así construir una sana convivencia civil”.

domingo, 26 de julio de 2009

La verdad robada sobre la verdad (parte 2 de 2)

El relativismo adopta varias formas :

1) El relativismo individualista es el que enseña que lo que determina la verdad de alguna afirmación es cada individuo, por tanto, habrá (o podría haber) tantas verdades cuantos hombres. Algo puede ser verdadero para Juan y no para José, y ambos tienen razón: “su razón”. En un importante periódico argentino leí (mayo de 2004) la siguiente afirmación comentando un partido de futbol: “el partido terminó con un justo empate; aunque también habría sido justo que ganara o uno o el otro”. ¡Tres casos de justicia en tres situaciones contradictorias! Sin embargo no fue el periodista del poco afortunado artículo quien inventó la barrabasada que se le ocurrió escribir, sino Protágoras de quien es la tesis de que “el hombre es la medida de todas las cosas”. Platón lo describe: “como decía Protágoras al afirmar que el hombre es la medida de todas las cosas; así, en consecuencia, como a mí me parece que son las cosas, tales son para mí; y, como a ti te parecen, tales son para ti” . De aquí se sigue que no hay una verdad sino infinitas, es decir: tantas cuantas personas distintas. Es fácil darse cuenta de que esto está muy divulgado en nuestra sociedad; nosotros lo escuchamos bajo el título de “punto de vista”: cada uno tiene sus “puntos” de vista. Y así tiene más valor la opinión que la verdad. Y no solamente cada uno tiene su verdad, sino que cada uno tiene derecho a formarse su verdad aunque se trate de temas que desconoce en su casi totalidad; por eso a un deportista se le pregunta su opinión no solamente sobre su deporte sino sobre cuestiones de moral, sobre el Papa, la filosofía y la historia; de todos modos el valor de lo que diga es relativo, sólo valdrá para él. Desde este punto de vista (el más divulgado tal vez) el relativismo es el principio de aislamiento más grande entre los seres humanos: el ostracismo de las inteligencias que quedan desterradas a los límites de su dueño. Con la aceptación de la filosofía relativista no puede haber maestros, hay tan solo orientadores de opinión, o mejor todavía, cada uno ofrece su opinión por si a alguien le gustaría hacerla suya. Curiosamente esto vale para todo... menos para los que enseñan el relativismo, pues su enseñanza de que todo es relativo y de que no hay verdades objetivas, ¡es lo más objetivo y universal que pueda afirmarse!, y ¡cuidado con quien la ponga en duda o sugiera tímidamente lo contrario u opine que tal vez haya algo que sea absoluto! Inmediatamente se lo destruye como al más peligroso fanático: el fanático que piensa que hay una verdad y que se puede morir por ella. “No hay ninguna verdad objetiva”, ¡esa es la más objetiva de las verdades!, dice el relativista. A pesar del absurdo que estarás percibiendo al leer estos renglones, más habrá de sorprenderte el saber que esto lo afirmó no un honesto pero rústico panadero sino un filósofo incensado como padre del relativismo, Augusto Comte, quien ya a los 19 años escribía: “todo es relativo, he aquí el único principio absoluto”. ¡Pobre Comte, de viejo decía las mismas tonterías!

2) El relativismo cultural es el que hace depender la verdad de la cultura histórica. Fue defendido por Oswald Spengler en su conocida obra La decadencia de Occidente. Cada cultura –china, hindú, egipcia, babilónica, greco-romana, árabe, americana, occidental– realiza su propia valoración de lo real, tiene su modo de comprender el cosmos, distinta de las demás culturas e irreductible a cualquiera de ellas. Ninguna cultura puede aspirar a que su valoración sea absoluta, universalmente válida. No cambia mucho del relativismo individual solo que es menos radical y en lugar del individuo coloca como fuente de la verdad-opinión a cada cultura o pueblo.

3) El relativismo sociológico fue creado y defendido por Émile Durkheim y hace depender lo que condiciona la verdad del juicio en los grupos sociales. “El grupo social presiona, según Durkheim, de modo irresistible e inconsciente sobre sus miembros, imponiéndoles normas de conducta y criterios de valoración. Esta coacción no se siente cuando el individuo acepta y cumple con las normas sociales y, por ello, cae en la ilusión de creer que es él mismo el que, espontánea y voluntariamente, se las impone. La fuerza de la presión social únicamente se pone de manifiesto al infringirse dichas normas... El individuo recibiría de la sociedad todo su mundo mental; el mundo ideológico del individuo sería el reflejo de la sociedad en que vive; lo verdadero y lo falso, lo bueno y lo malo, lo bello y lo feo, toda la gama axiológica, serían determinados en cuanto tales por el grupo social, y el individuo se limitaría a recibirlos pasivamente; se considera la sociedad como anterior al hombre y a la persona” . Nuevamente el trasfondo es el mismo, cambia el factor que determina cuál es la verdad.

4) El relativismo racista hace depender las verdades de la raza. Esta forma de relativismo fue defendida por el nazismo en general y de un modo particular por su teórico Alfred Rosenberg. “Toda manifestación cultural estaría determinada por la raza, que no hay que confundir con el grupo social, ya que una misma sociedad puede de hecho estar integrada por diversas razas. La filosofía, la ciencia, la moral, la religión, el arte serían la expresión de la raza, que en ellas plasma su fuerza vital. La raza sería el principio creador y el elemento condicionante de toda producción cultural, a la que habrá que valorar positivamente, si se trata de una raza superior, o negativamente, en los casos de las razas inferiores. Así, no habría nunca una verdad única, igual que no hay una raza única; habría sólo una verdad aria, otra eslava, otra judía, etc.” .

5) El relativismo político es hoy en día una de las formas más extendidas en nuestra sociedad; este relativismo, como su nombre lo indica, hace depender la verdad de los compromisos políticos, ya sea de los votos de la mayoría o de los pactos entre los partidos políticos o de otros modos de lograr el común acuerdo (consenso). Así si todos estamos de acuerdo en que el aborto sea legal, el aborto será realmente legal y por tanto bueno; si todos estamos de acuerdo en permitir la prostitución, ésta ya no será ni delito ni siquiera pecado; si la mayoría ha votado que se enseñe un error, eso dejará de ser un error para ser una verdad. Este relativismo, metido hasta los huesos en nuestra cultura, produce gravísimos daños empezando por el descalabro de la misma libertad humana. Sobre él ha escrito Juan Pablo II: “Con esta concepción de la libertad, la convivencia social se deteriora profundamente. Si la promoción del propio yo se entiende en términos de autonomía absoluta, se llega inevitablemente a la negación del otro, considerado como enemigo de quien defenderse. De este modo la sociedad se convierte en un conjunto de individuos colocados unos junto a otros, pero sin vínculos recíprocos: cada cual quiere afirmarse independientemente de los demás, incluso haciendo prevalecer sus intereses. Sin embargo, frente a los intereses análogos de los otros, se ve obligado a buscar cualquier forma de compromiso, si se quiere garantizar a cada uno el máximo posible de libertad en la sociedad. Así, desaparece toda referencia a valores comunes y a una verdad absoluta para todos; la vida social se adentra en las arenas movedizas de un relativismo absoluto. Entonces todo es pactable, todo es negociable: incluso el primero de los derechos fundamentales, el de la vida. Es lo que de hecho sucede también en el ámbito más propiamente político o estatal: el derecho originario e inalienable a la vida se pone en discusión o se niega sobre la base de un voto parlamentario o de la voluntad de una parte –aunque sea mayoritaria– de la población. Es el resultado nefasto de un relativismo que predomina incontrovertible: el ‘derecho’ deja de ser tal porque no está ya fundamentado sólidamente en la inviolable dignidad de la persona, sino que queda sometido a la voluntad del más fuerte. De este modo la democracia, a pesar de sus reglas, va por un camino de totalitarismo fundamental. El Estado deja de ser la ‘casa común’ donde todos pueden vivir según los principios de igualdad fundamental, y se transforma en Estado tirano, que presume de poder disponer de la vida de los más débiles e indefensos, desde el niño aún no nacido hasta el anciano, en nombre de una utilidad pública que no es otra cosa, en realidad, que el interés de algunos” .

¿Cuál es la crítica fundamental al relativismo? O mejor, para formularlo con lo que más puede interesarnos: ¿es verdad que no hay verdad? Y no lo estoy formulando mal, puesto que no hace falta preguntarnos si hay “verdad objetiva” puesto que verdad y verdad objetiva son conceptos realmente equivalentes; la verdad es la adecuación de nuestra mente con las cosas, por tanto o hay verdad objetiva (adecuada con la realidad) y por tanto válida para todos los seres inteligentes, o simplemente no hay verdad sino opiniones, que son apreciaciones diversas sobre las cosas. ¿Hay pues una verdad objetiva? Ya hemos dicho que “la crítica más esencial que se puede formular al relativismo, además de otras de carácter extrínseco como sería la demostración de la existencia de una verdad absoluta, de evidencias universales, está en que todo relativismo implica una contradicción intrínseca. Al mantenerse que ningún juicio goza de la propiedad de ser verdadero en sentido absoluto y que toda verdad es relativa surge, como consecuencia ineludible, que el juicio “toda verdad es relativa” tampoco puede tener carácter de validez absoluta, lo que destruye, con sus propias armas, al relativismo Si, dado un cierto factor condicionante, se admite como verdad que toda verdad es relativa, puesto otro factor distinto habrá que admitir como verdadero que toda verdad es absoluta, lo que es una contradicción con la tesis fundamental del relativismo. Aparte de esta inconsistencia general del relativismo, la crítica del relativismo sería parecida a la del escepticismo y subjetivismo” .

Más aún, la existencia de la verdad (de la verdad como algo objetivo y universal, invariable y superior a cualquier opinión humana) es una certeza de sentido común; tan de sentido común que basándonos en que hay verdades objetivas nos casamos, sembramos, nos subimos a un barco o a un avión, compramos y vendemos y nos dejamos matar defendiendo la patria o las personas que amamos. Porque no nos caben dudas que hay verdades objetivas repetimos refranes a modo de verdades objetivas cultivadas por la filosofía popular: “quien adelante no mira, atrás se queda”; “el que con lo ajeno se viste, en la calle los desvisten”; “las apariencias engañan”; “Dios le da pan al que no tiene dientes”; “una cosa es cacarear y otra poner huevos”; etc. ¿No supone esto que creemos en el valor objetivo de las cosas y de las verdades que las expresan? ¿Quien se casaría si aceptase que una cosa será la fidelidad para mí y otra para ti? ¿Quién se embarcaría si no estuviese seguro de principio por el cual un cuerpo sólido puede flotar en definidas condiciones o quien subiría a un avión basándose sólo en que el piloto opina que su avión es capaz de mantenerse en el aire?
Pero no sólo tenemos una certeza popular de la existencia y valor objetivo de la verdad sino una certeza científica de la misma. La verdad existe y que no puede ser negada, pues, como dice entre otros Tomás de Aquino, “quien niega la existencia de la verdad afirma implícitamente que la verdad existe, pues si la verdad no existiese, sería verdad que ella no existiría; y si algo es verdadero, es necesario que exista la verdad” . Parece un trabalenguas, pero es un silogismo... perfecto. Nuestra inteligencia es capaz de razonar y de alcanzar el ser de las cosas, la realidad. Conocemos el ser de las cosas, como nos enseña una sana filosofía y como reconocemos en la práctica, a pesar de que profesemos la más terca de las filosofías subjetivistas, pues el más craso negador de que podamos conocer la verdad absoluta de las cosas, es capaz de mover cielo y tierra para que le paguen su sueldo (¿cómo sabe que es suyo? ¿y si el patrón opina que no le tiene que pagar?), y cuidado con que le toquen su esposa o sus bienes, y en esto no valen opiniones ni el que cada uno tenga su verdad (también el ladrón dice tener su verdad, y esta es que le gusta más mi auto que el suyo y por eso decide apropiarse de él; ¿qué le responderé yo, miserable relativista? “Señor, si usted lo ve así, aquí tiene las llaves; disculpe si pensé mal de usted”.
Un relativista puede enseñar el relativismo durante toda su vida con plena convicción (lo que sería contrario al relativismo); pero si llegase a ir a un restaurante “relativista” y pidiendo liebre le trajesen gato porque el dueño del restaurante desde su punto de vista sostiene que el gato es igual que la liebre, no sólo puede ver derrumbarse su sistema en pocos segundos sino pasar el resto “relativo” de su vida en prisión por intento de homicidio de un propietario de restaurante. Todo relativista es, necesariamente, inconsecuente en la vida real.

Aún así a un relativista es difícil hacerle entender su error (no el demostrarle su error, sino conseguir que lo acepte) porque el relativismo es una forma de necedad, y la necedad suele ser no sólo un pecado sino el castigo en el que caen los que no tienen amor por la verdad. Se los puede, sin embargo, escarmentar del único modo que pueden entender: pidiéndoles que nos devuelvan nuestro dinero, pues para decirme que lo que me enseña sólo tiene valor para él y que es muy probable que yo tenga otra opinión, la cual él no piensa compartir pero tampoco refutar... mejor me devuelve mi dinero y me voy a casa, pues ¡eso lo puedo aprender solo!

Autor: R.P. Miguel Ángel Fuentes, IVE Fuente: Del libro "Las Verdades Robadas"
http://es.catholic.net/temacontrovertido/330/2527/articulo.php?id=24247

sábado, 25 de julio de 2009

La verdad robada sobre la verdad (parte 1 de 2)

¿Todo es relativo y en definitiva cada uno tiene su verdad?

Podemos conocer la verdad? ¿O todo es relativo y en definitiva cada uno tiene su verdad? Probablemente una de las primeras cosas que haga tambalear tu edificio intelectual o tu fe sea el relativismo, es decir, la concepción que no admite principios absolutos en el campo del conocer y del actuar. Normalmente un joven llega a sus estudios con una serie de principios o verdades que él admite como absolutas, ya sean convicciones de orden natural o sobrenatural (las verdades de fe) o verdades de certeza popular; un mal centro educativo comenzará a bombardear precisamente el valor de tales verdades. La primera verdad que te robarán es la convicción de que hay verdad, y que puedes conocer la verdad.
Para el relativismo cada uno tiene su verdad, cada uno alcanza las cosas con una visión propia y personal basada en sus gustos, su educación o sus intereses. No solamente se hace difícil, para quienes así piensan, lograr comprender adecuadamente lo que piensan los demás sino que es imposible lograr un acuerdo, puesto que no habría propiamente hablando una verdad objetiva válida y obligatoria para todos. Así se empiezan a demoler los principios religiosos, los criterios morales por los que nos regimos, y la víctima de este aplastante ataque se sumerge en una auténtica “depresión intelectual”.
El relativismo es el cáncer fatal que carcome la cultura contemporánea. Y sin embargo es también la falacia más grande que puede pasar por la mente humana y no puede hacerse aceptar a menos de engañarnos por medio de sutiles sofismas. El relativismo, en el ámbito del conocimiento, niega la posibilidad de alcanzar verdades universales y objetivas. En el ámbito moral es la negación de poder llegar a conocer los valores y bienes objetivos y actuar en consecuencia (o sea niega que pueda afirmarse que un comportamiento es malo para todos o que otro es siempre bueno). En la vida cotidiana caen en este error todos los que no aceptan verdades absolutas; los que sostienen que “cada uno tiene su verdad”, los que tachan de “fundamentalismo” a todos aquellos que mantienen con firmeza la verdad de la fe. Una de sus consecuencias más notables en nuestro tiempo es que ha abierto el camino para la New Age, la religión del relativismo: “El terreno [para la aceptación de la New Age] ha sido preparado por el desarrollo y la difusión del relativismo” .

Autor: R.P. Miguel Ángel Fuentes, IVE | Fuente: Del libro "Las Verdades Robadas"
http://es.catholic.net/temacontrovertido/330/2527/articulo.php?id=24247

sábado, 18 de julio de 2009

Qué es la teología de la liberación? ¿Qué se puede decir de ella?

Juan Pablo II y la 'Teología de la liberación'

El 16 de Octubre de 1979 es elegido Papa Juan Pablo II. A la fecha son muchas acciones en servicio a la Iglesia que sobresalen. Sus infatigables viajes iniciados con el de México (1979) han removido hondamente al mundo entero. En 1985 convocó un Sínodo Extraordinario de los Obispos para reflexionar sobre el Concilio Vaticano II, y urgir a los fieles en su conocimiento y aplicación. Sobresale, sin lugar a dudas, su preocupación por desenmascarar una corriente de pensamiento que se denomina Teología de la Liberación. En agosto de 1984 el Santo Padre Juan Pablo II aprobó una Instrucción de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe que pretende: 'atraer la atención de los pastores, de los teólogos y de todos los fieles, sobre las desviaciones y los riesgos de desviación, ruinosos para la fe y para la vida cristiana, que implican ciertas formas de la teología de la liberación que recurre, de modo insuficientemente crítico, a conceptos tomados de diversas corrientes del pensamiento marxista'. Se trata, por tanto, de toda una 'corriente de pensamiento que, bajo el nombre de `teología de la liberación' propone una interpretación innovadora del contenido de la fe y de la existencia cristiana que se aparta gravemente de la fe de la Iglesia, aún más, que constituye la negación práctica de la misma'.

La llamada 'teología de la liberación' asume el análisis marxista de la realidad y sus principios: a) materialismo histórico: que señala que las causas de los acontecimientos históricos son exclusivamente económicas y la historia es la historia de la lucha de clases, y b) la praxis: la verdad no es, sino se hace; lo que importa es la ortopraxis.

Estos principios de corte marxista los aplican a la interpretación del Evangelio y la práctica pastoral con lo que logran desfigurar nuestra fe. Para la 'Teología de la liberación'.

1. Jesucristo: es considerado no como verdadero Dios Encarnado que, con su Muerte y Resurrección, nos ha redimido, sino como un símbolo de la humanidad que lucha por la liberación de los 'opresores' y que muere en defensa de los pobres;

2. La Iglesia: debe tomar parte en la lucha pues la 'neutralidad' es imposible ya que equivale a estar con los poderosos. De ahí que debe tener una 'opción preferencial por los pobres' y constituirse en 'Iglesia del pueblo' que nace del pueblo, y que reconoce la jerarquía sacramental que es 'clase dominante' y por tanto debe ser combatida. (Puebla, nn. 262- 263).

3. La fe es reducida a 'fidelidad a la historia'; la esperanza a 'confianza en el futuro'; la caridad a la 'opción por los pobres'.

4. Los sacramentos: son 'celebraciones del pueblo que lucha por la liberación': se indoctrina en este sentido al pueblo por medio de homilías, cambios en la liturgia, etc., para que 'tomen conciencia de clase' y se les anima a la lucha contra la 'clase dominante'. Curiosamente, así la Iglesia viene a ser - según estos 'teólogos' - respecto a los pobres, lo que el partido comunista pretende ser respecto al proletariado.

5. La escatología es sustituida por el 'futuro de una sociedad sin clases' como la meta de la liberación en la que se habrá 'hecho verdad' el amor cristiano a todos, la fraternidad universal. Evidentemente se trata de un peligroso cúmulo de errores al ser una completa subversión del cristianismo.

Los errores pueden sintetizarse así:

a) El error radical está en el mismo 'principio hermenéutico' con el que se pretende interpretar el Evangelio para sacar de ahí una praxis: ese principio es el materialismo histórico, que niega la prioridad del ser sobre el hacer, y por tanto, de la verdad y el bien de la acción humana. Este principio es totalmente falso y no es demostrado ni demostrable;

b) La lucha de clases no sólo es un error porque sea contrario a la caridad (puede haber una guerra justa, existe la legítima defensa, etc.), sino que es un error sobre todo porque se le concibe como algo necesario, ineludible y constitutivo de la historia negando la libertad de la persona y su capacidad para dirigir la historia mediante esa libertad y contando con la Providencia Divina;

c) además de negar verdades fundamentales (sobre Cristo, la Iglesia, los Sacramentos, etc.), en la práctica, conduce a someter a la Iglesia a una dirección política determinada, no sólo ajena a su misión sobrenatural, sino que desemboca en una situación humana deplorable, como en el socialismo real, en el que la persona no cuenta ni se le reconoce su dignidad de hijo de Dios.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que, puede darse una verdadera Teología de la liberación, es decir, del pecado y de sus consecuencias (no sólo de sus consecuencias materiales). 'Una de las condiciones para el necesario enderezamiento teológico es la recuperación del valor de la enseñanza social de la Iglesia' 'La enseñanza de la Iglesia en materia social aporta las grandes orientaciones éticas. Pero, para que ella pueda guiar directamente la acción, exige personalidades competentes, tanto desde el punto de vista científico y técnico como en el campo de las ciencias humanas o de la política. A los laicos, cuya misión propia es construir la sociedad, corresponde aquí el primer puesto' (Instrucción sobre algunos aspectos de la 'Teología de la Liberación' Libertatis nuntius, 6-VIII-84, XI, 14). La instrucción de VIII-84, 'anunciaba la intención de la Congregación de publicar un segundo documento, que pondría en evidencia los principales elementos de la doctrina cristiana sobre la libertad y la liberación'. La Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, publicó con fecha 22-III-86, una segunda Instrucción 'Sobre la libertad cristiana y la liberación'. 'Entre ambos documentos - se lee en el segundo -, existe una relación orgánica. Deben leerse uno a la luz del otro'. La Instrucción de III-86, se 'limita a indicar los principales aspectos teóricos y prácticos' acerca de la libertad y la liberación; conceptos íntimamente relacionados entre sí, que deben entenderse en su justo sentido, pues aquellas 'desviaciones y los riesgos de desviación, ruinosos para la fe y para la vida cristiana' siguen vigentes y 'lejos de estar superadas, las advertencias hechas parecen cada vez más oportunas y pertinentes'. Algunos de los exponentes de la 'Teología de la Liberación' apoyándose en este segundo documento han pretendido hacer ver que la Iglesia 'aprueba' la errónea 'Teología de la Liberación' que ellos sustentan. Nada más lejos de la verdad. El segundo documento expone el verdadero concepto de la libertad: 'la libertad no es la libertad de hacer cualquier cosa, sino que es la libertad para el Bien, en el cual solamente reside la Felicidad. De este modo el Bien es su objetivo. Por consiguiente el hombre se hace libre cuando llega al conocimiento de lo verdadero, y esto - prescindiendo de otras fuerzas - guía su voluntad'. Explica, también, la necesidad de una liberación del mal, del pecado. El documento pone de manifiesto el papel que desde siempre ha hecho la Iglesia para ayudar al hombre: 'La Iglesia tiene la firme voluntad de responder a las inquietudes del hombre contemporáneo, sometido a duras opresiones y ansioso de libertad. La gestión política y económica de la sociedad no entra directamente en su misión (Const. past. Gaudiun et Spes, no. 42,2). Pero el Señor Jesús le ha confiado la palabra de verdad capaz de iluminar las conciencias. El amor divino, que es su vida, la apremia ha hacerse realmente solidaria con todo hombre que sufre. Si sus miembros permanecen fieles a esta misión, el Espíritu Santo, fuente de libertad, habitará en ellos y producirán frutos de justicia y de paz en su ambiente familiar, profesional y social' (no.61).


Fuente: www.teologoresponde.com.ar

miércoles, 15 de julio de 2009

“Ustedes son el futuro de Europa”, dijo el Papa a estudiantes

Ciudad del Vaticano, 15 Jul. 09 (AICA)

El papa saluda a los universitarios al ingresar a la audiencia

El papa saluda a los universitarios al ingresar a la audiencia

Antes de partir al Valle de Aosta donde pasará 15 días de vacaciones, Benedicto XVI recibió en la mañana del sábado 11 de julio a 1.100 participantes en el primer Encuentro europeo de Estudiantes Universitarios, promovido por la Comisión Catequesis-escuela-Universidad del Consejo de las Conferencias Episcopales de Europa (CCEE), para tratar el tema "Nuevos discípulos de Emaús. Como cristianos en la Universidad".
Tras recordar que la visita de los estudiantes al Vaticano tiene lugar el día de San Benito, patrono de Europa, el Papa dijo: "Ustedes están aquí juntos para ofrecer a las Conferencias Episcopales de Europa la disponibilidad para proseguir el camino de elaboración cultural que San Benito intuyó como necesario para la maduración humana y cristiana de los pueblos de Europa. Así será si, como discípulos de Emaús, encuentran al Señor resucitado en la experiencia eclesial concreta y en particular en la celebración eucarística".
"El compromiso misionero de ustedes en el campo universitario -agregó- consiste por lo tanto en dar testimonio del encuentro personal que tuvieron con Jesucristo, la Verdad que ilumina el camino de todo ser humano. Solo así nos convertimos en fermento y levadura de una sociedad vivificada por el amor evangélico".
"También la acción pastoral universitaria debe manifestarse en todo su valor teológico y espiritual, ayudando a los jóvenes a hacer que la comunión con Cristo los lleve a percibir el misterio más profundo del ser humano y de la historia".
En la Universidad, afirmó el pontífice, "la presencia cristiana se hace cada vez más exigente y al mismo tiempo fascinante, porque la fe está llamada, como en los siglos pasados, a ofrecer su servicio insustituible al conocimiento que, en la sociedad contemporánea, es el verdadero motor del desarrollo. Del conocimiento, enriquecido por la fe, depende la capacidad de un pueblo para saber mirar con esperanza al futuro, superando la tentación de una visión puramente materialista de la existencia y la historia".
"Ustedes son el futuro de Europa", dijo el Papa a los jóvenes. "La nueva síntesis cultural que en este momento se está gestando en Europa y en el mundo globalizado necesita el aporte de intelectuales capaces de reproponer en las aulas académicas el tema de Dios, o mejor, de hacer renacer ese deseo del ser humano de buscar a Dios al que me referí en otras ocasiones. La Iglesia en Europa confía en el generoso compromiso apostólico de ustedes, consciente de las dificultades, pero también del gran potencial de la acción pastoral en ámbito universitario".+

martes, 14 de julio de 2009

EL PELIGRO DE LOS NEO-POPULISMOS

No hay duda que lo que está sucediendo en Honduras es una clara consecuencia del fantasma de los neopopulismos que está recorriendo toda la región: Chávez en Venezuela, Evo Morales en Bolivia, Ortega en Nicaragua, Zelaya en Honduras y, en menor grado, Correa en Ecuador. Todos ellos, con mayor o menor intensidad, afectos al régimen cubano, que cumplió 50 años bajo la mano dura de Fidel Castro y ahora de su hermano Raúl.

Dentro de este grupo de países no podemos ubicar a Argentina que, a pesar de sus devaneos populistas, conserva una sólida estructura de partidos políticos y bastante transparencia electoral; ni a Paraguay, que está iniciando un tortuoso camino de aplicación de las promesas pre-electorales en medio de una decidida oposición de los partidos tradicionales.

Y de ninguna manera podríamos ubicar en ese grupo a países como Brasil, Chile y Uruguay, de tendencia socialista, con un gran respeto a la constitución y a las leyes del país, con un sistema de partidos políticos fuertes y con un marcado acento social en sus programas.

En el Salvador, el presidente Mauricio Funes, periodista, del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional- FMLN, apenas inicia su mandato para un período de seis años (2009-2014). En Guatemala, el Presidente Álvaro Colom Caballeros, del partido político de centro izquierda Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), quien se está defendiendo todavía de las acusaciones de haber ordenado el asesinato del abogado Rodrigo Rosenberg Marzano, asunto que no se ha comprobado, está igualmente dando inicio a su gobierno, buscando el apoyo de grupos y partidos. En República Dominicana el Presidente Leonel Fernández, del Partido de la Liberación Dominicana-PLD, inició en agosto del año pasado el segundo período presidencial consecutivo, con una buena aceptación de la población.

Otros gobiernos como los de Colombia, con Alvaro Uribe, y Perú, con Alan García del Partido Aprista Peruano, se ubican en posiciones de centro derecha, pero con tendencias populistas y, sobre todo, en el caso de Uribe con deseos de una prolongada reelección. En México el Presidente Felipe Calderón, ganador de las elecciones hace tres años por una exigua ventaja, ha realizado un gobierno serio y ha emprendido una lucha decidida contra el narcotráfico, pero no ha logrado llegar a la mayoría de la población, como lo demuestran los resultados de las últimas elecciones. En Panamá, el empresario Ricardo Martinelli, de 57 años de edad, ha sido, en este mes de julio de 2009, investido como nuevo presidente de Panamá para los próximos cinco años; y ya anunció su decisión de detener a la “izquierda populista” en Iberoamérica.

El decálogo del neopopulismo

Los países que hemos llamado de tendencia neo-populista (Chávez y compañía; y, de pronto, algunos de derecha) se caracterizan, entre otras cosas, por:

1. Acceder al poder por el voto popular, ejerciendo un liderazgo de tipo carismático personalista fuerte.

2. Una vez estando en el poder, golpear, de manera sistemática, todas las instituciones que no se plieguen a su voluntad: los medios de comunicación, los sindicatos, el sector empresarial, la Iglesia…

3. Someter a su arbitrio a los demás poderes del Estado: la Corte Suprema de Justicia, la Corte Electoral, el Congreso…

4. Convocar a una Asamblea Nacional Constituyente con el fin de elaborar una nueva Constitución y asegurar su reelección por tiempo indefinido.

5. Mantener posiciones aparentemente nacionalistas y definitivamente anti-imperialistas, creando paradójicamente, al interior de su propio país, un régimen autocrático.

6. Intervenir en otros países apoyando grupos, movimientos o partidos afines a su ideología.

7. Rechazar a organismos como la OEA y la ONU, si no se pliegan a su voluntad. Normalmente estos organismos no se atreven a intervenir en la marcha interna de los países ni tienen las herramientas necesarias, aún cuando se presenten fraudes electorales, cierre de medios de comunicación y actos violatorios a la Constitución nacional.

8. Manejar a su antojo los fondos del Estado con una actitud paternalista, controlando toda la actividad económica del país y pauperizando cada vez más a la población.

9. Crear grupos civiles de choque que atemorizan a la ciudadanía, especialmente a los inconformes y a quienes manifiestan opiniones diferentes a la posición oficial.

10. Darle preponderancia al Ejército, concediéndoles grandes beneficios económicos, lo mismo que prerrogativas en el ejercicio del poder político y dotándolos de un avanzado armamento.

En medio de la crisis, una palabra orientadora

Benedicto XVI, en su última encíclica, dentro de una visión articulada del desarrollo, pide, desde el punto de vista político, “la consolidación de regímenes democráticos capaces de asegurar libertad y paz”. (CIV 21)

Para esto es necesario que incluso las ayudas económicas vayan acompañadas de aquellas medidas destinadas a “reforzar las garantías propias de un Estado de derecho, un sistema de orden público y de prisiones respetuoso de los derechos humanos y a consolidar instituciones verdaderamente democráticas”.

Aún más, el Papa aclara que no es necesario que el Estado tenga las mismas características en todos los sitios. Pero, sí es urgente que el fortalecimiento de los sistemas constitucionales débiles vaya acompañado por el desarrollo de otras instancias políticas no estatales, de carácter cultural, social, territorial o religioso. “Además, la articulación de la autoridad política en el ámbito local, nacional o internacional, es uno de los cauces privilegiados para poder orientar la globalización económica. Y también el modo de evitar que ésta mine de hecho los fundamentos de la democracia”. (CIV 41)

Neopopulismo y Democracia

El Observatorio Pastoral del CELAM publicó hace dos años un volumen titulado “Neopopulismo y democracia. Experiencias en América Latina y el Caribe”. Este estudio, coordinado por los Doctores Rodrigo Guerra López y Francisco Porras, ha sido muy iluminador en este tema. También otros centros de estudio e investigación han venido trabajando en este campo, que necesita ser tratado más a fondo.

Leonidas Ortiz

Director

Observatorio Pastoral del CELAM

http://www.celam.org/principal/index.php?module=PostWrap&page=observa

lunes, 6 de julio de 2009

Comunicado de la Conferencia Episcopal de Honduras

Domingo, 5 jul (RV).-
Luego de una reunión convocada ante la grave situación que vive el país centroamericano, el Cardenal Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga, presidente de la Conferencia Episcopal de Honduras leyó este sábado, en cadena de radio y televisión un comunicado donde reafirma la posición de la Iglesia en cuanto al llamado a un verdadero diálogo entre todos los sectores de la sociedad para que se pueda llegar a soluciones constructivas. Esta posición ya había hecho pública en un mensaje difundido hace tres semanas, el 19 de junio.
Para su pronunciamiento, los obispos hondureños se basan en el artículo 239 de la constitución que prohibe el proponer reformas, de modo que quien actúe en ese sentido se coloca automáticamente al margen de dicha constitución. Y constatan que se actuó conforme al derecho vigente cuando el pasado 26 de junio la Corte Suprema de Justicia nombra un juez natural que gira la orden de captura contra el ciudadano Presidente de la República de Honduras, al señalársele los delitos de: Contra la forma de gobierno, traición a la Patria y usurpación de funciones. Y plantean que todos merecen una explicación de lo acaecido el 28 de junio.
En la tercera parte del comunicado de la Conferencia Episcopal Hondureña, leído por el cardenal Rodríguez Maradiaga, se hace un llamado a quienes conducen en la actualidad al país a no dejarse llevar por los egoísmos, la venganza, la persecución, la violencia y la corrupción, y a buscar caminos de entendimiento y reconciliación. También invitan a la población en general a continuar en un espacio de participación respetuosa y responsable, entendiendo que todos pueden contribuir a construir una Honduras más justa y solidaria. Los obispos en su comunicado también hacen un llamado a los organismos internacionales a que no sólo se fijen en lo acontecido el 28 de junio con el Presidente en funciones en ese momento, sino a que también valoren con conciencia los antecedentes, y sobre todo a que se pronuncien ante amenazas bélicas que se hicieron en contra de ese país.
Luego de la lectura del comunicado, el Cardenal Rodríguez Maradiaga, citando el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia cuando habla del Sistema de la Democracia, dijo que la Iglesia aprecia el sistema democrático en la en la medida en que asegura la participación de los ciudadanos en las opciones políticas y garantiza a los gobernados la posibilidad de elegir y controlar a sus propios gobernantes o bien la de sustituirlos oportunamente de manera pacífica.
Y se dirigió al Presidente depuesto.
Texto completo del comunicado:

Papa considera indispensable en Haití el apoyo a familias necesitadas y proteger a mujeres y niños, víctimas de violencia, abandono o injusticia

Lunes, 6 jul (RV).-
Benedicto XVI recibió este lunes en audiencia al señor Carl-Henri Guiteau quien presentó al Pontífice las cartas que lo acreditan como Enviado Extraordinario y Plenipotenciario de Haití ante la Santa Sede. El Papa recordó que el embajador conoce bien su misión, puesto que ya ejerció el mismo cargo ante la Sede Apostólica de 2002 a 2004. Y le agradeció el mensaje cordial que le envía el presidente de la República, René García Préval, mientras pidió al diplomático que exprese, en su nombre, sus mejores deseos para su persona y para todos los haitianos, deseándoles que puedan vivir en la dignidad y en la seguridad así como constituir una sociedad cada vez más justa y fraterna.
El Santo Padre destacó que el embajador había mencionado en su saludo la próxima celebración por los 150 años de la firma del Concordato entre el Vaticano y Haití. Y en este sentido, el Papa manifestó su alegría por los numerosos frutos que estos Acuerdos han producido para la Iglesia y para la Nación. Y destacó, a continuación, que durante los últimos meses, este país ha conocido catástrofes naturales que han causado graves daños sobre todo su territorio nacional. Las numerosas destrucciones causadas por los huracanes en el ámbito de la agricultura ha empeorado la ya difícil situación de numerosas familias, dijo el Papa. Por esta razón, expresó su deseo de que la solidaridad internacional siga manifestándose.
En efecto, tal como afirmó Benedicto XVI es necesario que en este período especialmente delicado de la vida nacional, la comunidad internacional envíe señales concretas de apoyo a las personas que padecen necesidades. Y recordó que, por otra parte, durante estos últimos años, numerosos haitianos dejaron su país con el fin de buscar en otra parte recursos para mantener a sus familias. Por eso, dijo el Papa, es deseable que, a pesar de las situaciones administrativas a veces problemáticas, se encuentren algunas soluciones rápidas para permitir que estas familias vivan reunidas.
El Pontífice añadió que esta vulnerabilidad de su país a las inclemencias, a veces violentas, también condujeron a una mejor toma de conciencia sobre el hecho de que hay que cuidar de la creación. Porque como dijo el Papa, hay en efecto una clase de relación del hombre con la creación que debe conducirlo a respetar cada realidad. De ahí que añadiera que la protección del medio ambiente es un reto para todos, ya que se trata de defender y valorizar un bien colectivo, destinado a todos, responsabilidad que debe incitar las generaciones presentes a tener la preocupación de las generaciones futuras.
Al respecto, Benedicto XVI afirmó que la explotación desconsiderada de los recursos de la creación y sus consecuencias, que generalmente afectan seriamente la vida de los más pobres, sólo podrá enfrentarse eficazmente gracias a elecciones políticas y económicas conformes a la dignidad humana, así como a una cooperación internacional efectiva. Y añadió que en su país las señales de esperanza no faltan, porque se basan en los valores humanos y cristianos que existen en la sociedad haitiana, como el respeto de la vida, el apego a la familia, el sentido de las responsabilidades y, sobre todo, la fe en Dios que no abandona los que se confían en él. Por eso agregó que el compromiso a favor de estos valores permite evitar los males que amenazan la vida social y familiar. Y fomentó vivamente los esfuerzos de todos los que en su país contribuyen a desarrollar la protección de la vida y a volver a dar a la institución familiar toda su importancia, encontrando, en particular, el valor del matrimonio en la vida social.
Después de afirmar que es indispensable proporcionar un verdadero apoyo a las familias necesitadas y garantizar una protección eficaz a las mujeres y a los niños que a veces son víctimas de violencias, abandono o injusticia, el Papa se refirió a la educación de los jóvenes como una prioridad para el futuro de la nación. Y destacó que en este ámbito, la Iglesia Católica aporta una notable contribución, tanto por sus numerosas instituciones educativas como por su presencia en las regiones rurales y distantes, o también por la calidad de la educación y la formación que aportan las escuelas católicas; mientras mostró su satisfacción porque tanto las autoridades como la población, aprecian a estas instituciones.
El Pontífice aprovechó esta feliz ocasión para saludar calurosamente a la comunidad católica de su país que, guiada por sus obispos –dijo-, da prueba generosamente del Evangelio; y tras garantizarle que en su nueva misión encontrarán siempre ante sus colaboradores la comprensión y el apoyo que les serán necesarios, invocó de corazón la abundancia de las bendiciones divinas sobre su persona, su familia, sus colaboradores así como sobre todo el pueblo haitiano y sobre sus dirigentes.

viernes, 3 de julio de 2009

Obama reconoce liderazgo del Papa y reitera diferencias en temas de vida y familia

ROMA, 03 Jul. 09 / 04:13 pm (ACI)

En una conferencia de prensa en la Casa Blanca, en la que participaron algunos medios católicos como el diario italiano Avvenire y Radio Vaticano, el Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, reconoció el liderazgo del Papa Benedicto XVI y reiteró sus diferencias en temas de vida y familia.

A pocos días de su anunciado encuentro con el Santo Padre, el mandatario señaló que "el Papa tiene un liderazgo extraordinario. Espero por ello una colaboración duradera en cuanto a la lucha contra la pobreza, el Medio Oriente, el cambio climático y los inmigrantes".

En cuanto a las críticas que los Obispos de Estados Unidos le han hecho en distintas ocasiones sobre la defensa de la vida y la familia, Obama señaló: "defenderé siempre con fuerza el derecho de los obispos a criticarme, incluso con tono apasionado. Los recibiría con gusto en la Casa Blanca para conversar de temas que nos unen y nos dividen".

Según indica L'Osservatore Romano, al ser preguntado por el aborto, el mandatario consideró que es necesario "ayudar a los jóvenes a tomar decisiones inteligentes para evitar embarazos no deseados" y consideró el hecho de "reforzar el acceso a la adopción como alternativa al aborto".

Obama también comentó que próximamente revisará el derecho a la objeción de conciencia pro-vida que se oponen al aborto. para los médicos

Por su parte Radio Vaticano señala que el Presidente de Estados Unidos aseguró que "políticamente veo el encuentro con Benedicto XVI como un coloquio con un jefe de Estado extranjero, pero tengo la conciencia de que, naturalmente, él es mucho más que eso. Entiendo bien la influencia que el Papa ejerce, mucho más allá de los límites de la Iglesia Católica. El Pontífice disfruta el máximo de mi respeto, como persona que tiene una gran cultura y una gran sensibilidad".

Las religiones no son un peligro para la unidad de la nación

Ciudad del Vaticano, 3 Jul. 09 (AICA)
Al recibir a los obispos de la Conferencia Episcopal de Vietnam en su visita ad límina, el papa Benedicto XVI resaltó que "las religiones no son un peligro para la unidad de la nación, ya que ellas quieren ayudar al individuo a santificarse y, a través de sus instituciones, desean ponerse desinteresadamente al servicio del prójimo".
Luego de saludar a los obispos y recordar especialmente al fallecido cardenal Paul Joseph Pham Ðinh Tung, que fue muchos años arzobispo de Hanoi, ejemplo de fidelidad para los sacerdotes y los católicos vietnamitas, el Santo Padre subrayó que "una sana colaboración entre la Iglesia y la comunidad política es posible. Para este propósito, la Iglesia invita a todos sus miembros a comprometerse lealmente en la edificación de una sociedad justa, solidaria e igualitaria".
Seguidamente el Papa recalcó que la Iglesia, que en Vietnam no goza de la libertad que necesita para desarrollar su tarea y que fue perseguida en el pasado y que a veces sufre la represión del gobierno, "no desea sustituir a los responsables del gobierno" sino que "en el contexto de un espíritu de diálogo y de respetuosa colaboración, busca tomar justa parte de la vida de la nación, al servicio de todo el pueblo".
"Participando activamente, en el lugar que le responde y de acuerdo a su vocación específica, la Iglesia nunca se puede dispensar del ejercicio de la caridad en tanto es una actividad organizada por los creyentes y, por otro lado, no existe una situación en la que no haya necesidad de la caridad cristiana, porque el hombre siempre necesitará del amor", explicó el Papa.
Benedicto XVI también recordó en su mensaje el inicio del Año Sacerdotal y aseguró que este tiempo especial servirá para iluminar "la grandeza de la belleza del ministerio de los sacerdotes" de Vietnam; al tiempo que animó a los obispos a alentar la formación permanente de todos los presbíteros.
Al hablar del papel de los laicos en la sociedad, el Santo Padre precisó que su mayor contribución debe darse en el marco de la familia, en donde se ha de vivir de acuerdo a una "recta conciencia, con lealtad y verdad, convirtiéndose en fuente de valores y virtudes humanos, una escuela de fe y amor a Dios".
Entonces, dijo luego el Papa, es necesaria la adecuada formación de los laicos, para que puedan demostrar "a través de sus vidas basadas en la caridad, la honestidad y el amor al bien común, que un buen católico es también un buen ciudadano".
"Quisiera confiarles de manera especial a los jóvenes, especialmente a los que vienen a las ciudades del espacio rural para seguir estudios superiores y para encontrar trabajo. Sería deseable desarrollar una pastoral apropiada para estos jóvenes migrantes internos, comenzando por reforzar allí la colaboración entre las diócesis de origen de los jóvenes y las diócesis de acogida dándoles consejos éticos y directivas prácticas".
Tras referirse al 50º aniversario de la erección de la jerarquía episcopal vietnamita que se celebrará en 2010, ocasión especial para "dar gracias por el don de la fe en Jesucristo", el Pontífice alentó a los obispos a "permanecer fieles a la fe recibida de los Apóstoles de quienes son testigos generosos en las condiciones con frecuencia difíciles" que se presentan.+

La fe no excluye el concepto de patria, lo fortalece

Santa Fe, 3 Jul. 09 (AICA)
La fe en Dios, que es Padre de todos los hombres, nos da la conciencia de una fraternidad universal que va más allá de los límites de una nación. Todo hombre es mi hermano es el primer principio de la moral social, por ello el respeto que debemos al inmigrante. Sin embargo esta universalidad de la fe no excluye el concepto de pertenencia y de patria, por el contrario lo fortalece”, destacó el arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz, monseñor José María Arancedo, en su reflexión semanal por radio.
El prelado explicó que “la fe tiene un anclaje en lo concreto del lugar que he nacido. La fe, si bien es un don de Dios y se dirige a él, ella se encarna, se la vive desde lo propio de cada hombre. Por ello la fe, tal cual la hemos conocido de Jesucristo, nos debe llevar a amar y a trabajar por el bien de nuestra patria”.
Recordó en este sentido que “Jesucristo es Hijo de Dios de un modo único y personal, pero nació para nosotros de la Virgen María en un país, era judío. Esta realidad histórica de su nacimiento no lo encerró en los límites de una nación porque él vino para todos, testimonio de esto es la presencia de cristianos en diversas razas y regiones del mundo”.
“Pero este universalismo de Jesús no significaba para Él no amar y tener lazos especiales de pertenencia con el pueblo judío. El Evangelio nos dice que Jesús lloró por Jerusalén, su patria, porque la amaba, se sentía parte de ella”, indicó.
El prelado señaló que en la fiesta del Corpus Christi preguntó si los argentinos también no deberíamos llorar por la patria, como lo hizo Jesús, como una “crítica al estado actual de pobreza y marginalidad, de violencia, inseguridad y droga en que vivimos”, pero también como “un llamado a salir de esta situación que deteriora la dignidad del hombre y que nos tiene a los argentinos como principales responsables”.
Monseñor Arancedo puntualizó que “llorar es un acto noble que nos habla de dolor, de sensibilidad y cercanía hacia aquello por lo que lloramos; pero también es comienzo de conversión, de cambio de actitud y de compromiso para empezar algo nuevo o modificar lo que estaba equivocado. Esto supone una actitud de humildad para reconocer errores, pero también de esperanza para ver el futuro como un desafío al que nos debemos sentir llamados”.
“Por ello, el llorar lejos de ser un acto que nos ata al pasado o nos paraliza es, por el contrario, un principio que nos renueva y nos devuelve la alegría de nuestra identidad para emprender un camino de superación sea en nuestra vida como en la sociedad”, concluyó.+


Texto completo de la alocución

jueves, 2 de julio de 2009

La Iglesia exhorta al diálogo y la paz en Honduras, afirma Obispo

ROMA, 02 Jul. 09 / 10:49 am (ACI)
En declaraciones a Radio Vaticano, el Obispo Auxiliar de San Pedro Sula, Mons. Rómulo Emiliani, señaló que ante la crisis social y política que se vive en Honduras tras el golpe del pasado domingo, la Iglesia Católica está "exhortando al diálogo, a la paz, a no caer en violencia".
En sus declaraciones el Prelado señaló que en Honduras "la situación es bastante delicada en estos momentos. Vivimos en una tensión muy grande. La Iglesia Católica, todas las parroquias, todas las diócesis están instando, exhortando al diálogo, a la paz, a no caer en violencia".
Seguidamente advirtió que "ya hemos tenido experiencia muy tristes de nuestros vecinos: Nicaragua, El Salvador y Guatemala, de terribles guerras civiles con miles y miles de muertos. Honduras de salvó de esto".
Ante este peligro, Mons. Emiliani comenta que "no queremos que esto (la situación actual) sea el detonante que active una guerra civil. No queremos eso nunca. Queremos que Honduras siga viviendo en paz, en armonía; pero en justicia social y que todos aprendamos la lección".
Asimismo, el Obispo expresó su deseo de que exista en el país "una democracia no solamente que sea para elegir gobernantes; sino participativa; y que también los pueblos sean consultados en el marco de la ley". "Pido que oren por nuestra querida Honduras", concluyó.

Para leer el comunicado de la Conferencia Episcopal de Honduras del 19 de junio en el que llamaba al diálogo y la paz en el país, puede ingresar a: http://www.aciprensa.com/noticia.php?n=25816

Tras dos años los ataques a los cristianos indios siguen impunes



Roma (Italia), 2 jul- 09 (AICA)
El arzobispo de Cuttack-Bhubaneshwar, monseñor Raphael Cheenath SVD, denunció que a dos años de los masivos ataques contra los cristianos en Orissa (India), ninguna persona fue detenida o incriminada por los graves daños a la propiedad ni tampoco por las personas asesinadas en ese entonces.
En una entrevista concedida a Radio Vaticano, el Prelado comentó además que "las personas tienen miedo de volver, porque temen ser atacadas nuevamente. Además, no parece que los criminales hayan sido castigados hasta ahora, pese a que pasaron ya dos años".
"Ninguna persona fue acusada por daños a la propiedad, por quienes perdieron la vida o por todas las personas que debieron huir. Ningún criminal fue castigado por esto", explicó.
El Arzobispo señaló luego que "los cristianos fueron atacados sobre todo a causa de la ideología hindú integrista, que reivindica el modo en el que una nación hindú debe ser fundada. Entonces los integristas buscaron una oportunidad para hacer esto. La razón principal del ataque a Kandhamal es que se trataba de un área en la que en los últimos 10 años hubo un gran número de conversiones".
Además, precisa el Prelado, "los dalit, los llamados ‘sin casta’ son considerados marginados, sin derecho de palabra y no instruidos. Ahora, sin embargo, se están desarrollando a nivel financiero y social, y haciendo grandes progresos en distintos campos".
Monseñor Cheenath dijo también que "los hindúes no quieren que quienes fueron sus esclavos lleguen a posiciones respetables en la sociedad, con un buen trabajo, una mejor ubicación. El progreso de los dalit y de las tribus desafían a las clases más altas: los hindúes no quieren que esto pase, y lo quieren detener. Fundamentalmente, la razón está en que no quieren que los marginados crezcan y que compitan con la clase más elevada".
Al hablar del estado de la fe de los cristianos, el Prelado comentó que "si bien al inicio la situación fue muy triste y sin esperanza, he podido ver la fe de la gente. Están llenos de esperanza, su fe es muy fuerte y la manifiestan en muchos modos. A partir de la fe de la gente seremos capaces de reconstruir".+