El Papa promoverá los demorados acuerdos Israel-Santa Sede

Jerusalén (Tierra Santa), 17 Abr. 09 (AICA)
Según explica un análisis publicado por Marie-Armelle Beaulieu en la página web de la Custodia Franciscana de Tierra Santa, del que se hace eco la agencia Zenit, la visita de Benedicto XVI a Tierra Santa no logrará concluir los acuerdos pendientes entre la Santa Sede e Israel, pero el ambiente de amistad que generó está sirviendo para avanzar hacia ese objetivo.
Estos acuerdos, que actualmente se están discutiendo en una Comisión bilateral entre israelíes y vaticanos, deben regular el estatus jurídico de la Iglesia católica en Israel, tras el Tratado Fundamental firmado en 1993, que permitió establecer relaciones diplomáticas entre la Santa Sede e Israel.
En los últimos meses, las reuniones de esta Comisión han avanzado de manera que algunos prevén que los acuerdos pueden alcanzarse con motivo de la visita papal.
Según aclaró el padre David Jaeger, franciscano e israelí, experto en las relaciones entre la Iglesia y el Estado de Israel, "no existe relación entre los trabajos de la Comisión bilateral y la visita del Santo Padre, pero ésta permitió intensificar las negociaciones".
Hay que tener en cuenta que el Santo Padre realizará una peregrinación, es decir, un viaje espiritual para rezar en los Santos Lugares de la Revelación y visitar a los cristianos, y tendrá también encuentros importantes con las autoridades civiles de los estados y territorios en que se encuentran hoy los Santos Lugares, y de los que los creyentes forman parte como ciudadanos, es decir: el reino hachemita de Jordania, el Estado de Israel y los territorios palestinos".
Los negociadores de la Santa Sede e Israel están analizando en estos momentos el "Acuerdo económico" por el que se regularán el régimen fiscal y las propiedades de la Iglesia.
Por otra parte, quince años después de la entrada en vigor del Acuerdo fundamental Israel-Santa Sede -el 10 de marzo de 1994- y diez después del Acuerdo sobre la personería jurídica de la Iglesia -el 3 de febrero de 1999-, los tratados firmados y ratificados no se incluyeron aún en el ordenamiento jurídico por parte del parlamento israelí y, por tanto, no pueden ser aplicados por la justicia, lo que los limita gravemente.
Cuando la Santa Sede estableció relaciones diplomáticas con el Estado de Israel en 1993, como gesto de buena voluntad, Juan Pablo II optó por proponer un Tratado Fundamental y negociar más tarde estas cuestiones en detalle.+