miércoles, 16 de septiembre de 2009

Metodología para adquirir ciencia.

Puesto que solicitaste de mí, en Cristo mi muy querido Juan, de qué modo conviene avanzar en la adquisición del tesoro de la ciencia, tal consejo te doy a ti: que elijas entrar por los riachos hasta el mar y no inmediatamente en el mar, ya que conviene avanzar desde las cosas más fáciles hacia las más difíciles.
Esto es por lo tanto mi advertencia y tu instrucción: ordeno que tú seas lento en el hablar y que accedas lentamente al púlpito; ama la pureza de conciencia, no dejes de dedicarte a la oración, elige frecuentemente tu cuarto si quieres ser introducido a la celda de la sabiduría.
Muéstrate amable con todos; nada busques profundamente sobre los hechos de los otros; a nadie te muestres muy familiar, puesto que la excesiva familiaridad engendra el menosprecio y proporciona el pretexto para no estudiar. En cuanto a las palabras y hechos de los demás, de ningún modo te entrometas. Huye principalmente de los discursos. No dejes de imitar las huellas de los santos y de los buenos.
No tengas en cuenta a quien escuchas, sino aquello que de bueno se diga confíalo a la memoria. Haz que entiendas aquello que lees, certificándote sobre lo dudoso; y todo lo que hayas podido entender, procúrate guardarlo en el armario de tu mente, como deseoso te preocupas de llenar tu vaso.
No te propongas cosas más altas: siguiendo las huellas de aquel que sembró y produjo flores y frutos útiles en la viña del Señor, mientas tuvo a la vida de compañera. Si has seguido esto podrás llegar a aquello que aspiras.

Santo Tomás de Aquino

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